19 octubre 2014

Mi Relato Gay [part 4]

Originalmente se escribió el 29 de octubre del 2013:

De mi casa, regresé a BYU, y fui llamado a ser el secretario ejecutivo del barrio. En un barrio de puros estudiantes al principio de un semestre, estuve ocupadísimo. Fijaba citas con el obispo para los miembros del barrio cada día, les mandaba mensajes de texto, correos electrónicos, y los llamaba por teléfono. El obispado se reunía varios días de la semana al principio del semestre, y los domingos eran maratones.

Mis calificaciones en la universidad sufrieron por la primera vez in mi vida, y además hubo unas inundaciones y tuve que limpiar una casa que cuidaba. A pesar de todo esto, me alegraba poder servir en esta capacidad. Con tiempo, agarré las responsabilidades bien, y se recuperaron mis calificaciones. El chiste es que no tuve tiempo para enfrentar mi experiencia de tener la atracción al mismo sexo. Me sentí sostenido en el llamamiento, pero en esa otra parte de mi vida, me sentí abandonado. Me sentí como si Dios hubiera dicho Sí, tienes razón, Dan. Es éste tu desafío. Ponte a trabajar y supéralo ya. Me sentí atascado, solito. Duró esto varias semanas del semestre. Me sentí agüitado espiritual y emocionalmente.

Estoy estudiando la informática, con una énfasis en la bioinformática. Siempre me ha fascinado el cuerpo humano y cómo funciona. Las células, las moléculas, y todas las interacciones están programadas en la ADN, el código de la vida. Estoy convencido de que Dios es el mejor programador. Pero a veces nuestro código se modifica, y a veces se introducen errores como los defectos, las enfermedades, la cáncer, etcétera. Quería yo estudiar cómo y por qué suceden éstas. Quería estudiar qué tanto afectan los genes al ser gay. En una clase de bioinformática, se nos asignó pensar en un tema que podíamos estudiar en un proyecto de investigación científica.

El día que se nos requirió entregar nuestro tema elegido, me sentí nervioso. ¿Cómo puedo hacer esto? El profesor comenzó anunciando los nombres de los estudiantes de la clase. Teníamos que anunciar nuestro tema elegido a toda la clase para formar grupos. Me latía el corazón bien fuerte.

El profesor procedía en orden alfabético con los apellidos. La B. Ya viene. ¡Yo sé que me va a llamar pronto! ¡¿Qué voy a decir?! Quiero estudiar esto, pero ¡no quiero que sepa nadie! Sigue el profesor.

"Pues...soy hombre gay."

¡HÍJOLES! ¡¿Qué hice?! Se me para el corazón. ¿Cómo pude haberme traicionado así? ¡No es justo!

El profesor responde "entonces, el tema es la biología de la homosexualidad". Lo miro, pero no me mira él. Está hablando con otro hombre en la clase -- Jimmy. ¡¿Este...Cómo? Qué pasó?! me pregunto.

Ese hombre respondió que sí. Sigue el profesor. "Dan Bunker". No lo puedo creer! A fin de cuentas, no me había traicionado! Le dije al profesor que me agregara al grupo anterior. Sigue el profesor. Otro hombre también se unió al grupo. No lo puedo creer! Hay otro hombre gay en esta clase de genética en BYU, y él ya está fuera del clóset! Y el otro hombre del grupo no es gay, así que nadie me sospecha por asociación, y puedo estudiar lo que me interesa porque Jimmy lo dijo.


Mi grupo el la clase: Jimmy, Yo, Scott. ¡Adivina el heterosexual!

Mi Relato Gay [parte 3]

Originalmente se escribió el 29 de octubre del 2013:

Todo cambió cuando servía como Presidente de la Escuela Dominical en mi barrio en BYU durante la primavera y el verano. Un día preparaba un lección sobre José Smith en la cárcel, y trataba de la historia que se encuentra en la sección 121 de la Doctrina y Convenios.

Yo había leído esta sección muchas veces, pero esta vez era diferente. Me puse en los zapatos de José Smith. Abrahám enfrentó el Monte Moría, Jesús enfrentó el Getsemaní, José enfrentó la cárcel de Liberty, y ahora yo enfrento la atracción al mismo sexo. Abrahám ofreció su hijo Isaac sobre el altar, y Jehová le envió su voz mediante un ángel. Jesús, en agonía, oró con más fervor, y el Padre le mandó un angel para fortalecerlo. José pidió, y el Señor le mandó su voz. Yo oré, y Dios me contestó de una forma similar a la de José Smith: primero le consoló con una perspectiva eterna, y luego le dio una instrucción clave:
Tus amigos te sostienen, y te saludarán de nuevo con corazones fervientes y manos amistosas. No eres aún como Job; no contienden en contra de ti tus amigos, ni te acusan de transgredir, como hicieron con Job.
José: ACUDE A TUS AMIGOS. Me derretí. Jamás he acudido a nadie para apoyo emocional. Soy independiente. ¿Qué debería hacer un amigo? ¿Qué debería ser? ¿Qué es un amigo? Según la definición del Señor, ¿tengo amigos? Busqué 'amigo' en la Doctrina y Convenios.

Descubrí que JesuCristo nos considera sus amigos. Un amigo se para al lado de ti, te sostiene, te ofrece un corazón ferviente y manos amistosas, te saluda, no contiende en contra de ti, no te juzga, y te ofrece consuelo y gozo, pase lo que pase. El Señor nos da amigos y familia para eso. Él le recordó a José, y a mi me recordó también. Necesitaba aprovecharme de mis amigos y familia. Sentí como si fuera un mandamiento para mí, y me penetró hasta el fondo del corazón.

'Rafiki' significa 'amigo' en suajili. También da
golpes necesarios en momentos oportunos. 
Dan: Acude a tus amigos. ¡Para esto te los di! Pero yo era terco: ¡Soy independiente! De repente sentí como Simba del Rey León cuando Rafiki le golpeó en la cabeza (también hace esto en amigo cuando sea necesario -- 'rafiki' significa 'amigo' en el idioma suajili).

Entonces comencé mi jornada. ¿Quienes son mis amigos verdaderos? Y ¿Cómo les pido apoyo? ¿Pido oraciones, no más? ¿Cómo les digo que soy gay? Estos eran mis pensamientos durante varios meses.

Pronto se acabó el verano, y las circunstancias permitieron que me fuera a visitar mi casa en Illinois una semana, antes de que comenzara la escuela en el otoño.

Me divertí en casa con mis amigos y familia, pero siempre tuve en la mente lo que tenía que hacer. Me hablaba mi experiencia, diciendo ¿te acuerdas de mí? ¡estoy aquí todavía! Esperé hasta el último momento, la noche antes de regresar a BYU para el semestre del otoño.

En mi casa me divertí mucho con la familia. Mi hermano
Brian visitaba de Nueva York también. Diesel, el perro,
era jefe del carro.
Me senté en el sofá y me esperé hasta que llegara mi mamá. Se sentó ella y le pregunté que si podíamos hablar seriamente.

Hablamos, y le compartí mi experiencia de tener atracción al mismo sexo. Es bien difícil enfrentarlo sólo la primera vez que te das cuenta, pero es más difícil decirle a alguien más, y aún más difícil ver que lo enfrente tu mamá. Lloramos juntos unos 20 minutos, hablamos, y hablamos más. Mi mamá es mi mejor amiga, según todas las definiciones. Me sostiene en todo.

Mi mamá es la mejor amiga que se pueda pedir. También
tiene muy buen puntería.


Dan Bunker